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LA PARTICIPACIÓN DE LA MUJER DENTRO DE LA SEGURIDAD PRIVADA

Autor: Equipo de Capacitación y Prevención de riesgos Grupo Facto

 





De manera general siempre ha existido mayor presencia masculina en este sector laboral debido a los riesgos inherentes a la profesión de la seguridad. No obstante es más que evidente que mujeres y hombres tienen las mismas capacidades entre sí, y por ello son capaces de mantener el mismo nivel de reconocimiento y de talento dentro de un sector tan demandante como lo es la seguridad privada.


Aunque aún así las mujeres siguen siendo minoría en el grupo de Guardias de Seguridad, poco a poco han tomado terreno en el resto del personal que compone una empresa de seguridad privada, las mujeres están avanzando firmemente hacia adelante y ahora ya no resulta nada excepcional que veamos a una Guardia de seguridad como responsable de un servicio o importantes posiciones administrativas, es decir puestos de mayor responsabilidad y salario, como también han alcanzando puestos directivos de la máxima categoría.


Ser Guardia de seguridad es una profesión con gran futuro, de amplia demanda, oportunidad de desarrollo y estabilidad laboral, por lo que resulta una buena opción para las mujeres y hombres que desean incorporarse al mundo laboral con ciertas garantías, esto teniendo en cuenta la gran importancia del carácter vocacional del sector, por esto las empresas que brindan estos servicios deben estar comprometidas desde siempre con la igualdad entre géneros, la formación y promoción a colaboradores y colaboradoras por igual, para que todo en suma pueda proporcionar una mejor experiencia, calidad en el servicio, así como un buen ambiente laboral y una grata experiencia profesional.



Los equipos de seguridad deben poder enfrentarse a múltiples situaciones de riesgo con las suficientes garantías, por ello mujeres y hombres en general aportan formas necesarias de trabajar en el mundo de la seguridad. Ambas partes deben ser convenientemente entrenadas para garantizar la eficiencia de un alto nivel operativo, aun así el cómo se desenvuelven en su rol si puede llegar a ser diferente por ejemplo, algunos estudios apuntan a que las mujeres que trabajan en seguridad, pueden aportar ventajas claras y estratégicas a los equipos en los que son integradas ya que:


  • Pueden facilitar la detención y revisión de otras mujeres.

  • Suelen negociar de forma más tranquila en situaciones conflictivas, por lo que tienden a calmar los ánimos y llevar la situación bajo control con buenos resultados.

  • En tareas de protección de personas o servicios de escolta, suelen pasar más desapercibidas tanto si actúan en pareja, como si están de servicio en solitario.

  • Aportan puntos de vista complementarios a la percepción masculina que enriquecen la capacidad de reacción y acción.

  • Son muy buenas comunicadoras y suelen resultar imprescindibles en los controles de acceso.


Es debido a esto que en materia de seguridad privada se están reduciendo las desigualdades salariales entre mujeres y hombres, sumado a esto no debemos dejar de lado que son los clientes y sus acciones los factores con más posibilidad de favorecer la participación activa y equitativa del personal de seguridad, ya que la solicitud de su perfil concibe la idea de que la seguridad se compone de personal con aptitudes y capacidades específicas y necesarias para desarrollar este trabajo con la mayor eficacia y profesionalidad en sus respectivas posiciones de trabajo sin importar el género, y aunque el sector no suele tener en cuenta esto al momento en que se diseñan los servicios, hay que facilitar a las mujeres su incorporación a los grupos de trabajo y proporcionarles la misma formación que al resto del personal para que puedan ocupar cargos de responsabilidad, favoreciendo y promoviendo la igualdad de género.



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